viernes, 24 de julio de 2009

Porque ya no importa



Y cuando cansada de ser el trofeo domesticado de tus sueños,
decidí mostrar mi esencia de hembra plena,
te espantaste y me miraste como a la loca que rasga sus vestiduras
y enseña al mundo la turgencia de sus formas….

Y yo me pregunto ¿para qué?
¿Para que tanta paja hablada
Y tantas lágrimas vertidas.
Si al final de cuentas, heme acá
como al principio de los tiempos
Sola, íngrima y desnuda, como me parió la madre?

¿Para qué esconder anhelos, inquietudes,
sueños locos, deseos básicos?
¿Por qué no despertar al dragón dormido,
y recorrer el mundo en pos de mariposas e ilusiones?

A estas alturas de la función
ya no importa la senda recorrida,
ni la persecución estéril.
Ya no importa, ni es necesario, sacar el busto,
ni entornar, coquetamente, la mirada,
ya no importa fingir rubores, ni ser una dama, ¿para qué?

A estas alturas de la función
ya no importan tus esquemas rotos,
ni tus amarguras, ni tus dudas eternas.
Ya no importa que proclames mis desmanes,
mis carencias lúdicas y mis excentricidades.

A estas alturas, sólo importo yo.
Yo, que mientras tanto, seguiré con la frente, y otras cosas, en alto.
Dichosa de no ser más la sombra de mi esencia,
Airosa de mis logros. Feliz, del día a día,
Esperando emborracharme de besos ajenos,
con el alma libre de ataduras y complejos.
Pero sobre todo, orgullosa,
De no ser más un maniquí, ni una marioneta, sin alma, de tu teatro.