Las canciones lindas tienen magia, igual que las mariposas.
Ellas pueden inspirar letras que aplacan los demonios; desatar los conductos lacrimales, sin que la vergüenza te haga sentir estúpida; sacar a flote las ganas dormidas, ese no desfallecer, ese levantarse siempre...siempre: contra viento y marea.
Algunas canciones, como las mariposas azules que viven en mi estómago y que a veces hibernan más de la cuenta, me hacen sentir, pensar: más bien, ACEPTAR que todo lo vivido, lo bueno y lo malo, lo que me hizo reír, rabiar y llorar, eran cosas necesarias, para llegar a este punto en la vida donde es la alegría y no ese tipo de "amor" asfixiante, sufrido, torturante, que te anula como ser humano, lo que más valoras, lo que más celebras.