miércoles, 15 de enero de 2014

Reflexiones de una abogada-poeta: Paz conyugal


Por:  Anayansi Acevedo González.

No puede supeditarse la felicidad propia a la de nadie en particular, la felicidad es un asunto individual.  Para mi en particular,  la felicidad se basa en dos cosas:  la primera cumplir nuestras metas y la segunda,  en tener paz.

Para lograr ambas cosas,  hay que atreverse,  decidirse,  disciplinarse,  mentalizarse  Es usar cualquier verbo imperativo que nos obligue a enfocarnos en esas dos cosas.  Sea que vivamos solos o acompañados.

Amo, cuando veo amar a otros,   amo ver gente que es feliz al lado de la pareja que aman,  respetan y con quien comparten sueños,  metas y vida en común,  gente que, muchas veces,  a pesar de limitaciones del tipo que sea,  han podido hacer del hogar conyugal un refugio de paz,  donde el amor,  la solidaridad y el respeto reinan.

Sufro,  cuando veo sufrir a otros,  ver parejas hablarse a gritos en un tribunal,  amarrados en una maraña de reclamos,  odios antiguos, chantajes emocionales,   infidelidad e intolerancia,  no es agradable,  sobre todo, porque uno ha experimentado en carne propia muchas de esas cosas.

Sufro cuando redacto regímenes de visitas,  solicitudes de guarda y crianza,  acuerdos de divorcio,pensiones alimenticias  etc.

Para alguien que escribe poesía,  pero que está en el negocio del Derecho,  el Derecho de Familia no es fácil,  pero uno lo hace.  Es el trabajo de uno,  el que incluso le gusta,  a pesar de no ser el mejor retribuido económicamente;  uno se esfuerza por hacerlo bien,  por cumplir con el cliente,  sin traicionar la conciencia.  Y aunque a veces trata de hacer docencia,  de invitar a la pareja a terapias especializadas,  la mayoría no le hace caso a uno,  aunque,  por experiencia propia,  el abogado serio y preocupado por hacer bien su trabajo,  sabe que es vital,  para la recuperación plena del cuerpo y del alma.

Pero igual, se trabaja fuerte y se cobra lo que tiene que cobrar; y aunque uno no quiera,  siempre se involucra,  siempre está el cliente que te llama en la madrugada llorando,  preocupado, molesto por un incidente en particular o la ex pareja del cliente que te hostiga;  y muchas veces,  hasta el abogado,  que no toca un pito en el asunto,   se busca enemigos gratuitos.

…y la vida sigue....

Y es preferible que siga,  me digo,  sin un mínimo de cargo de conciencia por eltrabajo hecho o por los sentimientos involucrados.  Que siga con cada quien por su lado,  con los hijos asistiendo a terapias y con las cuentas claras en materia de bienes, cuotas alimenticias,  regímenes devisitas,  bien definidas.

...que siga la vida…

…que siga,   pero que siga en paz y con tranquilidad… 

martes, 14 de enero de 2014

Rabia vital



Heme acá como en pretérito
 testarudez e indecisión intrínsecas
Esa necesidad crónica de solazarse en la pena
De adelantarse a las consecuencias
De los actos propios y ajenos.

Heme acá como en pretérito
Con esa vocación eterna de sufrir por todo.
Por el peso de lo que hice o no,
Por los espacios blancos de la bitácora,
O la no definición de hitos.


Heme acá como en pretérito
Autocompasión a cuestas.
agruras,  imprecisiones,  desvelos
delirios de grandeza
que eventualmente superan las tristezas cotidianas.

Heme acá como en pretérito, 
Siempre,  costilla esencial, 
Siempre  oveja en redil,
Siempre la piel del lobo.
Siempre la duda asesina,

Siempre la rabia vital.