Digan amén,
digamos amén.
Que por cada amén dicho,
hay un muerto menos en alguna estúpida guerra
allá bien lejos,
en la conchinchina.
Digan amén,
Digamos amén
Que por cada amén dicho
hay un niño menos abusado,
hoy un vaso de agua le llega a un sediento
y un bocado a otro hambriento.
Regalemos amenes,
Rifémos amenes
Vendamos amenes,
Cedámos amenes
Prestemos amenes,
y hasta hipotequemos nuestros amenes.
Pero sobre todo: amemos nuestros amenes
y los amenes ajenos, también.
Como a las putas babilónicas, los adormecedores de
consciencia
como los pedicures y faciales,
como el pan y el circo
de lo que no nos cuesta hagamos fiesta.
Salvemos al mundo y demostremos a todos las buenas personas
que somos.
Total, sólo cuesta uno, dos o si acaso, pensar o
decir tres amenes.
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