lunes, 17 de agosto de 2009

Felicidad, egoísmo y egolatría



Leí esto en un blogg interesantísimo y me llegó tremendamente:

“Hacer un perfil de una misma es como pedirle a alguien que te admira que te describa, nunca dirá algo malo, hacer mi propio perfil es casi lo mismo, soy ególatra, lo admito, sin culpas ni penas”. El destacado es mío.

Me encantó, porque ese espíritu es precisamente lo que yo necesito en los momentos en que estoy “brava conmigo” y a la vez distanciada con un par de personas cercanas e importantes para mí.

Ya basta de sufrimiento, me digo, de si me aceptan o no. Ya basta de pensar sólo en los demás, ya basta de estar en quinto, sexto o séptimo puesto en las prioridades familiares y personales…al final de cuentas haga lo que haga, no fui, ni soy, ni seré nunca la mejor madre, la mejor amante, la mejor trabajadora, la mejor hija, la mejor amiga, la mejor hermana, ni tampoco, la mejor persona, NI LA MEJOR NADA…siempre aparecerá algún “dechado de virtudes”, para quien nunca habré hecho lo suficiente.

Sería maravilloso que lo antes señalado “se me resbalara”, pero no, a la pendeja esta, le sigue doliendo un montón que la etiqueten, que la cataloguen, que la rechacen, que la encasillen y que la traten como al “bicho raro”, poco menos, que como al eslabón perdido de una sub especie del género humano.

Soy consiente de que he cometido errores, pero ¿quién no los ha cometido?. Yo no soy rencorosa, creo que eso es un gran punto a mi favor, por eso no concibo que haya gente que pueda, por años, vivir presa de resentimientos e infelicidad, provocada por acciones pretéritas.
En días como hoy, me cuestiono esa manía mía de mártir…ese afán de sufrimiento y autoflagelación que prácticamente forma parte de mi… que si le importo a alguien, que si no me quieren, que si estoy gorda, que si me voy a morir sola…¡que huevo!, siempre hay una tripa guindando…y al final de cuentas un motivo para no sentirme plena.

Sobre ese punto aterrizo y me digo que si no me quieren…es porque no sembré suficiente cariño…si no me aprecian es porque no aprecié bastante. La vida es causa y efecto. Muchas veces uno cosecha lo que siembra; sin embargo, otras veces hay campos incultos, improductivos, desolados y erosionados, donde no hay buena semilla que crezca.

Tengo que aceptar y validar que tal vez con algunas personas no sembré lo suficiente…no di la cuota apropiada; aunque siempre es posible que tal vez ellas tuvieran sus propios conflictos y no fuera asunto de semillas depositadas, sino del receptáculo, del vivero. Pero ya se acabó, no puedo andar muriéndome por ello, sólo me queda aceptarlo como se aceptan los hechos consumados. Eso es algo que en Derecho se conoce como “cosa juzgada”, que no admite acción o recurso alguno.

El sábado pasado una amiga con quien departía entre música, lágrimas, bromas, confesiones, desencantos, risas y un par de copas de Chadornay: me dijo “…mujer porqué vives martirizándote si tu eres un sol…y tu eres la única que no se da cuenta del brillo de tus rayos…” . Viniendo de alguien que me conoce desde los 5 años, podría haber sido un tremendo piropo y una inyección tremenda a mi maltrecha autoestima…pero, ¿porqué entonces, no me sentí bien?, ¿¿¿¿porque ese sol que otros ven no chamusca mis demonios y los envía al infierno????...pues porque yo misma soy “feliz” solazándome de mi propia infelicidad y teniendo lástima de mi misma.

Me hizo tanto bien hablar con mi amiga. Me hizo tan consiente de cosas que hasta ese momento pasaban invisibles frente a mi. Nunca habían tenido tanto sentido las palabras del poema “Invictus” que descubrí hace poco: “…Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma…”. Yo puedo Y DEBO tomar el control de mis sentimientos…una dosis de fragilidad o sensibilidad no es mala…lo jodido es cuando te vuelves un ser nulo que no avanza porque siempre antepone sus necesidades y sentimientos a requerimientos ajenos.

Lo cierto es que después de la resaca del sábado, con una sopita de pollo, preparada a propósito me sentí mejor. Razoné pausadamente sobre las cosas que me estaban molestando y concluí que no soy feliz, porque no me propongo serlo. ¡Ya! así de simple.

Se imagina alguien en sus cabales, aceptar como válido un juicio de valor sobre una persona, basado en hechos ocurridos hace más de 20 años? ¿Es correcto que a un adulto de casi 40 años deba negársele la posibilidad de felicidad por decisiones equivocadas que tomó cuando tenía menos de 18? Por supuesto que es absurdo. No digo que apruebe el no responsabilizarse de sus propios actos, digo que si luego de asumido lo anterior, debe uno seguir pagando una cuota adicional de sufrimiento, para saciar ansias sádicas de ciertos vampiros de emociones. No lo creo.

Si algo he de decir a mi favor es que mis errores SIEMPRE han tenido como componente la falta de malicia, de cálculo o previsión, yo he pecado por ingenua, por impulsiva…no por arpía, ni por mala…pero en esta sociedad de resultados, eso no importa, uno delinque por acción u omisión. Según el criterio de mis fariseos yo deberé pagar por mis culpas hasta que me muera …deberé ser crucificada y con suerte esperar la resurrección posterior…yo tengo que poner, no la otra mejilla, yo tengo que poner la mejilla, la cara, la cabeza, el cuerpo completo, una y otra vez… ¡que huevo!, digo de nuevo (coño y hasta rimó). Por esas culpas no tengo derecho a ser feliz…por esas culpas, mis juicios de valor siempre estarán afectados porque “no tengo moral para opinar…” ¡que huevo!.

Como corolario de lo expuesto concluyo que si de todas formas van a hablar o a pensar mal de mi…si de todas formas seré “non grata”, no fiable, no responsable, no invitable, no deseable, no elegible, no querible, NO muchísimas cosas, en ciertos círculos cercanos….pues “a la mierda los pastores…” desde hoy y para siempre, he de volverme mi fanática número uno. Desde hoy y para siempre, me tomaré junto al desayuno, el almuerzo y la cena, un suplemento diario de cápsulas de AUTOESTIMA, adicionadas con pequeñas dosis controladas de EGOCENTRISMO. Desde hoy y para siempre SERE FELIZ o procuraré serlo, con ellos o sin ellos…

1 comentario:

abril en paris dijo...

¡ Bravo, bravisimo !
A veces somos nuestro peor enemigo
y por tanto ¡ a las trincheras !
Suscribo tu post : Felicidad,
egoismo y egolatria..que en dosis razonables viene de perlas !
Un besito ;-)