lunes, 22 de marzo de 2010

La inspiración



Tengo varias semanas que nada de lo que escribo con intensiones literarias me sale bien, a mi gusto. La sobre dosis de obligaciones laborales que tengo últimamente, aunque repercute positivamente en mi bolsillo, afecta la capacidad creadora de esta “escribidora” empedernida que soy.

Tengo un cuento “a medio palo” sobre “un bebe de tanqueta” que al descubrir sus orígenes intenta buscar un sentido de pertenencia social que le fuera negado desde su nacimiento. Tengo 2 poemas de desamor, que parece que seguirán durmiendo el sueño eterno en el discoduro de la pc. No me cuadran todavía. Mi primera novela (esa que desde el año pasado no pasa del tercer capítulo) no ha visto acrecentada su longitud, ni en la más mínima letra . Estoy en lo que podría decirse un bloqueo creativo. Después del cuento de “La Reina” que escribí hace unos meses, no hay nada en ese género.

A diferencia de otras ocasiones, mi falta de creatividad, en esta ocasión, no me ha desesperado. La experiencia me ha enseñado, que siempre saldrá algo. Las musas (o los musos) siempre se asoman sonsacadores, donde menos se les espera.
Hoy tempranito, descubrí que ello es cierto. Siempre, siempre, indefectiblemente surge algo que alborota mis ganas de contar historias…algo digno de un cuento, de poema, o quizás de dos o tres.

Hoy supe una historia, que me provocó como nunca antes, el deseo de escribirla, de contarla, de compartirla, de adicionarle un final según mi antojo.
Otras veces me ha pasado, pero nunca como hoy.

Una vez abordé un autobús de la ruta Panamá-La Chorrera y conocí a un ángel de verdad. Nadgie, una chica veinte años menor que yo, con una fortaleza inquebrantable, una desconocida, que sólo vi una vez y que nunca más he vuelto a ver , me contó una historia hermosa, que me hizo llorar a moco tendido durante todo el trayecto. Ella hace que cada vez que sienta que las cosas están mal, deje de llorar y decida "echar pa´lante", como la mujer con pantalones que soy. Su historia me da fuerzas ante las adversidades. Sí, Nadgie me inspiró un poema y acaso, tal vez, algún día, una novela.

Hace poco menos de un año, en un solo día escribí 3 poemas, los que dicho sea de paso, son muy especiales. Uno me lo inspiró mi hija Ana, empecinada en preguntar todo. Otro la rabia acumulada luego de 20 años después de la invasión gringa del 20 de diciembre del 88 y el otro, una abstinencia sexual algo prolongada, que por supuesto alborota ganas y pone a trabajar a la mente una barbaridad…

Supongo que eso es inspiración. El tomar de base hechos o cosas cotidianas y transformarlas en obras o productos especiales para su creador

La historia que algún día contaré me da para varios poemas, un montón de cuentos y una hermosa novela, a la cual aún no se qué final ponerle, pues el final verdadero, el de su protagonista, aún no lo conozco; y aunque claro, antojadizamente me inventaré el final que yo quiera; toda vez que es una historia prestada, realmente me gustaría saber en que realmente acaba todo.

1 comentario:

abril en paris dijo...

Pareces llena de historias que amenazan con reventar y eso es buenisimo. La primavera hace brotar hasta la más pequeña brizna de yerba.
Un saludo :-)