domingo, 11 de noviembre de 2012

Carta al más allá

"...nada hay más triste que escribir una carta a un destinatario difunto...ni el lujo de hacer catarsis te libera de la más desesperanzadora de las certezas."



Un día como hoy hace ya dos años te fuiste para siempre...No dejo de pensar que tu vida se apagó demasiado rápidamente...

No es justo,  no es justo, no es justo.... continúo diciéndome...

A  lo lejos,   allá afuera,  hoy,   como ese día trágico,   los fuegos artificiales y la fiesta de pueblo que tanto te gustaba está en su apogeo.

No salí a ver el desfile,  pues probablemente al ver a los vaqueros en cabalgata,  te habría recordado y las lágrimas en público son un obsequio que ya no regalo  fácilmente.

Querido muchacho bueno de quince años,  así he de recordarte siempre,   con una camisa de cuadros manga corta por fuera del blue jeans y zapatillas.

Querido muchacho bueno.  Te mando un abrazo a través  del tiempo y el espacio...me tomo uno,  dos o tres  tragos en tu nombre...Ron Abuelo añejo y Coca Cola,  el mismo trago que yo tomaba  la última vez que nos vimos en la fiesta de reencuentro de compañeros de secundaria .

Ese día te reíste de mi y me dijiste:  ¡¡¡¡cuidado te emborrachas!!!!,  ¡¡¡el trago es para hombres!!!…pero no importa…seguro que borracha sigues igual de bonita…Yo me reí nerviosa y apenada…me desarmó el machismo de que hacías gala,  esa noche volví a recordar cuanto me chocaba tu machismo…antes,  cuando éramos dos chiquillos,  muchas veces discutimos por esas “pequeñeces” machistas tuyas.  “Pequeñeces”…esa era otra de tus palabras… me parece estarte viendo junto a D,  cuando dejábamos pasar las horas en el portal de mi casa,  en los tiempos en que éramos felices e irresponsables.  En los tiempos en que creíamos  saberlo todo,  pero no sabíamos nada.

Esa noche pensé decirte “carajo, los años pasan y tú sigues igual de machista que cuando teníamos quince…”,  sin embargo,   no te dije nada… sólo reí y volví a ser feliz con tu presencia. 

Fue lindo verte,  después de tanto tiempo…hablamos de todo:  de nuestras profesiones,  de nuestras vidas actuales,  de nuestras parejas,  de mis hijos y de los tuyos…bailamos un par de  piezas típicas,  me apretaste fuerte,  aspiré el olor de tu nuca,  con los nervios hasta te pisé bailando.  Me despedí de ti y volví con mi pareja de esa noche.  Quedamos de volver a vernos y tomarnos un café.  Nunca pasó.  Esa noche del baile de ex condiscípulos fue la última vez que te vi.

Todavía recuerdo ese día con una claridad increíble.  Yo tenía muchos años de no verte.  Tú estabas idéntico.  Eras de los pocos que no estaba barrigón o calvo.  Junto a H y M,  formabas nuevamente el trío travieso de aquellos maravillosos años escolares.

Hoy volví a recordar las noches durante las vacaciones de verano en que ibas a mi casa a conversar  de vainas de pelaos y a descubrir el amor.  Era el tiempo de los besos furtivos en la oscuridad a escondidas de mis viejos en el garaje de la casa.

 Es raro que mientras fuimos compañeros de clase,  nunca salimos en plan romántico.  Nos hicimos incondicionales cuando dejamos de ser compañeros de clase.  Cuando terminamos el primer ciclo escolar,  tú te fuiste al Instituto Nacional y yo me fui para la que sería mi verdadera alma mater….Que maravilla recordar tu buen humor y tus románticos detalles. 

Fuiste el primero en muchas cosas.

Tú fuiste el primer maestro en el arte del “besuqueamiento”…al parecer fuiste buen docente,  pues hasta ahora ninguno de los que vino después  de ti se ha quejado al respecto.

Tú fuiste el primer chico que me llevó un ramo de rosas. 

Tu fuiste el primero que me regaló música.  En los años ochenta no habían cds,  ni dvd,  sino casetes  y tú me regalaste un hermoso casete color gris,  con etiquetas celestes,  al que adornaste con coquetos corazoncitos pintados a piloto,  que contenía  baladas románticas y también me obsequiaste  un disco de acetato que atesoré por muchos años.

Contigo tuve mi primer himno de amor “I just call to say I love you” de Steve Wonder…fueron sólo unos meses de noviazgo,  y aunque, al escribir esto,   caigo en cuenta que  fue un romance breve…de apenas cuatro o cinco meses,  también siento que todo pasó como en cámara lenta,  por la claridad de las imágenes que atesoro en la memoria.

Sin duda alguna,  fuiste el primero en muchas cosas:  También fuiste el primero de mis amores que ha muerto.

…ciertamente terminamos por mi culpa…la verdad,  tú la sabes,  yo te lo dije en su momento,  me enamoré de otro,  a esa edad el amor llega fácil y  fácil se va…en ese momento sentí que yo no te importaba gran cosa,  eso aliviaba mi conciencia de pecadora…tú ni me reclamaste,  ni me hiciste un papelón…tú me dejaste ir  sin traumas….al poco tiempo ya tenías otra novia.

Te quise mucho muchachito bueno…  ahora que lo pienso,  te quise mucho,  más que por lo que eras,  por lo que representaste para mí:  el primero y el más hermoso e inocente amor. 

Te quise mucho muchachito bueno…en vida nunca te lo dije...y esa es otra de las rabias  que arrastraré hasta el día en que me muera..
.
Este año,  para esta fecha,  la de tu muerte,  te vuelvo a escribir,  no un mediocre y llorón poema que leí   al vacío en la soledad de la noche,  el año pasado,   sino la carta que mezquinamente nunca te escribí. 

Sería lindo creer en el más allá,  en la vida después de la muerte y suponer que estás en otro plano u otra dimensión,  leyendo esta carta,  reconfortando a tú viuda,   velando el sueño de tus niñas y cuidando de  todos los que te quisimos,  con tus ojitos negros de guapo de barrio brillando como estrellitas en el cielo...con la sonrisa burlona y divertida de siempre flotando en el aire,  como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

Pero yo ya no creo  en dioses,  demonios,   ángeles y esas cosas y a mi mente sólo vienen imágenes de constelaciones espaciales,  caballos huyendo asustados,  carne lacerada,   crisantemos blancos,  polvo de estrellas y coronas fúnebres.

Hasta el otro año muchachito bueno.

                                                                    10 de noviembre de 2012.

No hay comentarios: