
Un día como hoy hace ya dos años te fuiste para siempre...No dejo de pensar que tu vida se apagó demasiado rápidamente...
No es justo, no es
justo, no es justo.... continúo diciéndome...
A lo lejos, allá afuera,
hoy, como ese día trágico, los
fuegos artificiales y la fiesta de pueblo que tanto te gustaba está en su
apogeo.
No salí a ver el desfile,
pues probablemente al ver a los vaqueros en cabalgata, te habría recordado y las lágrimas en público son un obsequio que ya no regalo fácilmente.
Querido muchacho bueno de quince años, así he de recordarte siempre, con una camisa de cuadros manga corta por fuera del blue jeans y zapatillas.
Querido muchacho bueno. Te mando un abrazo a través del tiempo y el espacio...me tomo uno, dos o tres tragos en tu nombre...Ron Abuelo añejo y Coca Cola, el mismo trago que yo tomaba la última vez que nos vimos en la fiesta de reencuentro de compañeros de secundaria .
Querido muchacho bueno. Te mando un abrazo a través del tiempo y el espacio...me tomo uno, dos o tres tragos en tu nombre...Ron Abuelo añejo y Coca Cola, el mismo trago que yo tomaba la última vez que nos vimos en la fiesta de reencuentro de compañeros de secundaria .
Ese día te reíste de mi y me dijiste: ¡¡¡¡cuidado te emborrachas!!!!, ¡¡¡el trago es para hombres!!!…pero no importa…seguro
que borracha sigues igual de bonita…Yo me reí nerviosa y apenada…me desarmó el
machismo de que hacías gala, esa noche
volví a recordar cuanto me chocaba tu machismo…antes, cuando éramos dos chiquillos, muchas veces discutimos por esas “pequeñeces”
machistas tuyas. “Pequeñeces”…esa era
otra de tus palabras… me parece estarte viendo junto a D, cuando dejábamos pasar las horas en el portal
de mi casa, en los tiempos en que éramos
felices e irresponsables. En los tiempos
en que creíamos saberlo todo, pero no sabíamos nada.
Esa noche pensé decirte “carajo, los años pasan y tú sigues
igual de machista que cuando teníamos quince…”,
sin embargo, no te dije nada… sólo reí y volví a ser feliz
con tu presencia.
Fue lindo verte,
después de tanto tiempo…hablamos de todo: de nuestras profesiones, de nuestras vidas actuales, de nuestras parejas, de mis hijos y de los tuyos…bailamos un par
de piezas típicas, me apretaste fuerte, aspiré el olor de tu nuca, con los nervios hasta te pisé bailando. Me despedí de ti y volví con mi pareja de esa
noche. Quedamos de volver a vernos y
tomarnos un café. Nunca pasó. Esa noche del baile de ex condiscípulos fue
la última vez que te vi.
Todavía recuerdo ese día con una claridad increíble. Yo tenía muchos años de no verte. Tú estabas idéntico. Eras de los pocos que no estaba barrigón o
calvo. Junto a H y M, formabas nuevamente el trío travieso de
aquellos maravillosos años escolares.
Hoy volví a recordar las noches durante las vacaciones de verano en
que ibas a mi casa a conversar de vainas
de pelaos y a descubrir el amor. Era el
tiempo de los besos furtivos en la oscuridad a escondidas de mis viejos en el
garaje de la casa.
Es raro que mientras fuimos compañeros de clase, nunca salimos en plan romántico. Nos
hicimos incondicionales cuando dejamos de ser compañeros de clase. Cuando terminamos el primer ciclo
escolar, tú te fuiste al Instituto
Nacional y yo me fui para la que sería mi verdadera alma mater….Que maravilla recordar tu buen humor y tus románticos
detalles.
Fuiste el primero en muchas cosas.
Tú fuiste el primer maestro en el arte del “besuqueamiento”…al
parecer fuiste buen docente, pues hasta
ahora ninguno de los que vino después de
ti se ha quejado al respecto.
Tú fuiste el primer chico que me llevó un ramo de rosas.
Tu fuiste el primero que me regaló música. En los años ochenta no habían cds, ni dvd,
sino casetes y tú me regalaste un
hermoso casete color gris, con etiquetas
celestes, al que adornaste con coquetos
corazoncitos pintados a piloto, que
contenía baladas románticas y también me
obsequiaste un disco de acetato que
atesoré por muchos años.
Contigo tuve mi primer himno de amor “I just call to say I
love you” de Steve Wonder…fueron sólo unos meses de noviazgo, y aunque, al escribir esto, caigo
en cuenta que fue un romance breve…de
apenas cuatro o cinco meses, también siento
que todo pasó como en cámara lenta, por
la claridad de las imágenes que atesoro en la memoria.
Sin duda alguna, fuiste
el primero en muchas cosas: También fuiste el
primero de mis amores que ha muerto.
…ciertamente terminamos por mi culpa…la verdad, tú la sabes,
yo te lo dije en su momento, me
enamoré de otro, a esa edad el amor llega
fácil y fácil se va…en ese momento sentí que yo no te importaba gran cosa, eso aliviaba mi conciencia de pecadora…tú ni
me reclamaste, ni me hiciste un papelón…tú
me dejaste ir sin traumas….al poco
tiempo ya tenías otra novia.
Te quise mucho muchachito bueno…
ahora que lo pienso, te quise
mucho, más que por lo que eras, por lo que representaste para mí: el primero y el más hermoso e inocente amor.
Te quise mucho muchachito bueno…en vida nunca te lo dije...y esa
es otra de las rabias que arrastraré
hasta el día en que me muera..
.
Este año, para esta
fecha, la de tu muerte, te vuelvo a escribir, no un mediocre y llorón poema que leí al
vacío en la soledad de la noche, el año pasado, sino la carta que mezquinamente
nunca te escribí.
Sería lindo creer en el más allá, en la vida después de la muerte y suponer que
estás en otro plano u otra dimensión, leyendo esta carta, reconfortando a tú viuda, velando el sueño de tus niñas y cuidando de todos los que te quisimos, con tus ojitos negros de guapo de barrio brillando como estrellitas en el cielo...con la sonrisa burlona y divertida de siempre flotando en el aire, como el gato de Alicia en el país de las maravillas.
Pero yo ya no creo en dioses, demonios, ángeles y esas cosas y a mi mente sólo vienen imágenes de constelaciones espaciales, caballos huyendo asustados, carne lacerada, crisantemos blancos, polvo de estrellas y coronas fúnebres.
Pero yo ya no creo en dioses, demonios, ángeles y esas cosas y a mi mente sólo vienen imágenes de constelaciones espaciales, caballos huyendo asustados, carne lacerada, crisantemos blancos, polvo de estrellas y coronas fúnebres.
Hasta el otro año muchachito bueno.
10
de noviembre de 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario