Winston Churchill James Jordan: OPUS POR SI DIOS EXISTE o la manera como me volví a enamorar de un poema.

Anoche tuve el placer de escuchar la lectura del poema OPUS POR SI DIOS EXISTE en la voz de su autor y volví a sentir las mariposas en el estómago y las candelillas picándome por todos lados, en fin, toda esa fauna imaginaria, que se apoderan de mi ser, cuando mi cerebro dice BINGO y el alma se me encoje como un pañuelito achurrado por la emoción de encontrar un verso, mejor dicho, "él" verso que llega (cae) al alma, parafraseando al vate chileno: "como al pasto el rocío".
Los expertos han de estar de acuerdo en que llegado a un punto de la vida terrenal (o existencial) de un verso, éste deja de ser propiedad del autor y pasa a ser patrimonio intrínseco de los que los devoramos, lloramos, sentimos y hacemos simbiosis con su texto. Por eso "Opus por si Dios existe" del abogado, activista y poeta panameño Winston Churchill James Jordan, oriundo de la provincia de Colón, es mío; igual o tan mío como lo es también el poema "Invictus" de William Ernest Henley o "Itaca" de Cavafis.
Y como quiera que es mío, como el sol, el aire, la libertad, la lluvia, el cielo, las rosas, el amor y la alegría por eso quise compartirlo con ustedes:
OPUS POR SI DIOS EXISTE
Dios
a veces mío,
otras de los ateos.
No sé si existes,
en ocasiones he llegado a creer en tí.
Sin religión,
sin credos,
solamente con el alma,
nuestro único altar,
lugar donde he derramado un maremagnum de lágrimas,
por todos los pecados del hombre
y su tremenda miseria humana.
Dios
no creo que sea importante saber que existes,
esa inquietud hay que desecharla
arrojarla a un inhóspito acantilado
para que los buitres la degusten,
pero hay que iniciar el periplo hacia el gólgota
cargar con nuestra cruz
sin gemidos
hacer que nos crucifiquen
una y otra vez
un montón de veces
multiplicar nuestros panes y nuestros peces
dejar que los niños vengan a nosotros,
esos niños que nacieron para ser felices
y que no sueñan
porque la realidad es interminable
y fría como la nieve.
Dios
A veces he intentado encontrarte
frente al espejo marino.
Te he buscado en el coqueteo del alba
y en esas noches en que el cielo repleto de estrellas me ha inundado
y me ha desbordado
hasta derrumbarme en éxtasis.
Dios
algún día llegarás
creo firmemente que nos encontraremos
frente a frente
antes del infierno
antes del paraíso
y entonces te voy a mirar fijamente,
sin cortapisas
sin miedo
sin nada innecesario
y te exigiré un duelo
sin armas.
Solamente preguntas circunspectas
las cuales espero que respondas sin titubeos,
sin escapatorias,
con lenguaje parco
totalmente alejado de laTorre de Babel.
Dios,
a veces mío
otras de los ateos
olvida a Judas y sus treinta monedas de confeti.
Quiero que abandones la cruz,
Deja de sangrar.
Inicia tú retiro del Gólgota cruel,
Perdónalos AUNQUE SÍ SABÍAN LO QUE HACÍAN,
acércate a mi,
enjuaga mis lágrimas,
acompaña a este hombre de búsquedas,
enséñale a encontrar el amor,
dame de beber en esa fuente de agua viva
champaña metafísica.
Perdona mis inmensos pecados,
Acaríciame como a un niño huérfano.
Y en una bandada de palomas y gaviotas
con una orquesta de ángeles
llévame
a vuelo de pájaro
HASTA TÚ CORAZÓN.
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