No sé porque se insiste en que las rutinas son malas. Malas porque dizque matan el amor, malas porque nos hacen predecibles. No comparto ese punto de vista. Si el amor se acaba, no se trata de un asunto de rutinas...tal vez de malas rutinas, pero confluyen muchos otros factores. A mi no me importa ser predecible: Los tiempos de "femme fatale", de hacerse la interesante, pues pasaron hace long... long time. No me interesa que la gente se forme ideas equivocadas respecto a mi. Simple.
Soy como buena humana, un
animal de costumbres, de rutinas. La mayoría de las personas somos rutinarios y predecibles,
aunque reconozco que hay gente es incapaz de realizar
un mínimo de actividades cotidianas con cierta regularidad y predictibilidad. Algunos lo hacen inconscientemente, otros son cabronamente malvados y esconden todo, pues su naturaleza es la mentira, el fingimiento...la maldad.
Igual, la falta de indicadores en materia de rutinas me molesta, pues pienso que todo el mundo debe tener rutinas, porque aparte de que facilitan las cosas, le indican al resto de la gente como
interactuar con ellos, Por eso me
molesta la gente que no tiene rutinas, o que las tiene, pero no las hace públicas al resto de los mortales, ya que le impiden a uno entenderlos, ayudarlos y hasta quererlos.
Insisto mucho en las
buenas rutinas con mis hijos: arreglar
la mochila, dejar el uniforme
listo, cepillarse los dientes, extender la toalla mojada. Básicas rutinas que forjan la personalidad.
Poner el reloj antes de acostarme, levantarse antes de que
el reloj me despierte, tomar agua, tomar los suplementos, destinados a prolongar nuestra existencia
terrenal, revisar el celular, ver si durante nuestro sueño alguien interactuó
conmigo, devolver el chat, la interacción,
poner la cafetera, beber el primer café
del día, con rabia, porque le tengo que
poner edulcorante y no azúcar. La
primera psicosis del día aparece: fobia
a que se suba el nivel de azúcar (lo jodido es que sólo aparece cuando tengo
que ponerle azúcar al líquido que más me gusta,
el café, no entiendo porque la
cabrona fobia no aparece cuando me banqueteo, un flan casero, un cheese cake, o una barra de hershey)….pendejadas mías…
Tomar más agua, elegir la toga del día, limpiar los zapatos que usaré, sacar los accesorios, hacer los oficios domésticos, revisar los diarios, los bochinches, las novedades, hacer la lista de los
pendientes, despertar a los chicos, tocar un clarín imaginario, pero escandaloso, hacerse la chistosa con ellos, para que la primera imagen cotidiana no sea
de desánimo, echarles un vaso de agua
encima, si no les gustó mi toque de clarín, ni el chiste e insisten en quedarse dormidos
o lloriquear por sueño, desayunar, correr a la escuela, regresar a casa, trabajar,
tararear la canción del día…todos los días, sin falta, escojo una.
Sin duda, me encantan mis
rutinas, más me gustan desde que caí en
cuenta de las mismas, como en estos días
atrás cuando mi hija me dijo: “mamá tu
eres una loca en las mañanas…me gustan las cosquillas que todos los días me
haces para levantarme…” pero por favor deja la bulla, los vecinos van a pensar que en esta casa viven puros locos..."
5 comentarios:
Para mí no hay nada mejor que la rutina. La idea de una vida tranquila y sencilla me parece lo mejor del mundo...
Por otro lado, creo que es la primera vez que veo la palabra "dizque" en un texto. Me gustó.
Gracias Javier... estamos a mano, le huyo a las complicaciones. En serio lo de la palabra "dizque"????... waoooo...abrazos.
Gracias Javier... estamos a mano, le huyo a las complicaciones. En serio lo de la palabra "dizque"????... waoooo...abrazos.
definitivamente que la vida hay que vivirla rutinariamente, pero en el amor (asi comenzo tu nota),ahi si difiero. en cuestiones de amor no debes ser rutinario, despues llega el aburrimiento y no es saludable.En eso yo no seria rutinario...
...querido Eduardo, el amor...qué es el amor...yo ya ni sé conque se come eso....pero habían rutinas que me enternecían, que hacían la diferencia...el chat en la mañana al despertar...al dormir...la canción que decía todo...el abrazo que quitaba los sustos...hay rutinas que desearé no haber conocido, porque al no estar presente, le revientan a uno la vida.
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