Un día como tantos, me despierto,
abro los ojos, antes de que el resplandor maldito
me indique con sus matinales rayos
que una nueva jornada idéntica a la de ayer comienza,
.....
Otro día como tantos, me levanto,
como siempre, cadáver, vacía, superflua,
sin ganas y harta de todos,
huyendo de esa brisa desquisiante, avergonzada de ser.
....
Y así, más días como tantos, en que medito
sobre que nada es cierto, que todo cambia,
las flores mueren, las promesas vuelan, el agua se enturbia,
el hastío reina y lo que ayer fue, ya nunca más será.
....
Por siempre, más días como tantos, en que me muero,
vencida, sometida, relegada, convencida de mis derrotas,
carente de sueños y esperanzas
y acaso, hasta desconfiada de mi paso por el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario