
Hace días cerré un (otro) capítulo triste, pero necesario, con gente, QUE EN PLURAL, fue importante para mi, pero que ya no lo es, por eso de la necesidad de la correspondencia de afectos.
Ya no quedan cosas inconclusas, por ahí. Abro caminos nuevos, soy un ser humano "normal" con defectos y virtudes, con sueños, planes, expectativas, con una inmensa capacidad de amar, de perdonar, de no guardar rencores eternos, de dar segundas oportunidades, pero también con una notable capacidad de sacar de mi vida las cosas y personas nocivas. Si se quiere, soy egoísta, al mejor estilo de quien sabe qué tipo de cosas y personas quiere cerca. He aprendido a fluir, a soltar lo que no quiero, lo que no me sirve.
He crecido, he madurado, he conocido el desamor, pero también el amor , en sus múltiples facetas: el bonito-simple-cuasi infantil, ese que te llena de cosquillitas ricas, te pone a contar estrellas y a oir musiquita por todos lados, el sufrido de los deberes conyugales mal entendidos, el masoquista de la autoestima baja, el desprendido, que ralla en lo irresponsable, el legal, bendecido por leyes humanas e incluso, uno novedoso (por aquello de la primera vez) pecaminosamente ilegal, clandestino y tan fugaz que desde el inicio tenía los dias contados, pero que de lo valioso, me dejó robusta la autoestima y las mariposas estomacales alborotadas por la alegría y la esperanza, pues a partir de ÉL aprendí que no hay amores del todo malos, que de todos se aprende, que los amores buenos, como el suyo, aunque sean cortitos, te hacen crecer como persona, a diferencia de los amores malos que te nulifican.
Lo más importante, he amado, he dejado de hacerlo cuando ha sido necesario y no me he quedado con las ganas.
No me aferro a ídolos, dioses, amores, personas, causas, proyectos, como respaldo a una vida vacía, carente de significado, no en vano tengo más de cuarenta años, las espinas han desgarrado superficialidades epidérmicas, pero no han tocado órganos vitales.
Para desgracia de quienes hoy, producto de traicionar lealtades, de no poderle hacer frente a inseguridades propias, les molesta la libertad de mi espíritu, hoy se les desbordan las justificaciones para malquererme, fingen una bondad que les queda grande, se asustan con mi descaro, me tiran cáscaras de guineo para que me resbale y pretenden enlodar mi ego, yo soy de esa gente terca como la puta madre, yo soy de esa gente que vivo mi vida como mejor me place, no como se supone que deba hacerlo, soy de las que no me inclino a besar traseros por conveniencia, soy de la gente que avanzo y que NUNCA ME RINDO.
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