viernes, 19 de agosto de 2016

DESALMADA

Mi  pequeña casa de barriada parece un bosque. Trato de engañar a la contaminación que viaja desde la termoeléctrica vecina, que a menos de 3 kilómetros, vomita su fétido y asesino aliento 24 horas al día 365 días al año, sembrando árboles y arbustos, con la esperanza de que me resguarden de la basura ambiental y que los pajaritos que se esconden en su follaje, me suban el ánimo cuando estoy triste.

Cuando riego las plantas del jardín, sufro mucho al percatarme de la cantidad de suciedad que se deposita en las hojas de mis plantas. Supongo que mis pulmones estarán igualmente sucios. Me consuelo pensando que mejor tener sucios los pulmones, que el alma sucia. Aunque ayer me recordaron que los ateos no tenemos, ni creemos en el alma.



Es muy triste, siento pena por mi. Triste cosa es ser una desalmada de pulmones cochinos; pero me apenan más los vecinos que se aislaron en muros urbanos de concreto y ruido, que aunque más ricos que yo en bienes terrenales, no tienen entre sus tesoros ni una hojita de culatro para el guachito, ni la salvia o el mastranto para los tés que curan los achaques pre menopáusicos de Yans, ni la sábila contra el mal de ojo o las quemaduras del sol, ni el canto de las tortolitas o los piquigordos en las mañanas.

https://www.youtube.com/watch?v=AnheLFIO2Mk
https://www.youtube.com/watch?v=fGawZWHRTMg
https://www.youtube.com/watch?v=TM1jOxiN7E8

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