
El mío está en pañales, está en evolución constante, en
transformación plena, creciendo, eso sí es combativo e insurrecto (rezongón,
contestatario y metiche, como su dueña)...mi feminismo es simple...creo...o tal
vez no tanto.
En mi feminismo personal cuento con la existencia de un
sistema patriarcal canalla (eso no lo discuto) que por ser mujer me impone
cargas adicionales al hombre, si quiero vivir una existencia plena; cuento
conque los hombres tienen privilegios y cargas que las mujeres no tienen según
el status quo.
Cuento también conque si no me gusta el sistema debo luchar
para cambiar las cosas.
Cuento conque las cosas sólo cambiarán cuando yo tome las
riendas de mi vida de manera responsable y ayude a otras mujeres a hacerlo.
Cuento con que ciertamente hay que atender y apoyar a las
mujeres víctimas del sistema; cuento y no discuto que ese es mi deber como
persona pensante que desea hacer el bien.
Pero, con lo que más cuento es con que debo procurar que
cada vez haya menos víctimas que socorrer,
es decir, que más que socorrer, tengo la obligación, debo procurar que
se eduque y forme a las mujeres para que cada vez sean menos víctimas.
Como en mucho, mi filosofía de vida se centra en que resulta
más fácil prevenir un mal, que resolver cuando ya éste existe.
A los 16 no pensaba así, pero una crece, te golpea la vida y
no es fácil dejar de creer en pajaritos preñados. No en vano pronto cumpliré
50, por eso procuro ser comprensiva con las acciones y omisiones propias de la
época juvenil.
Claro que sufro ante el ataque feroz que sufren las mujeres
por parte del sistema que las sataniza o victimiza y que hace todo lo posible
por impedir el desarrollo pleno, responsable y necesario de las mismas. Claro
que me cabrea que los hombres puedan comportarse con toda la atorrancia posible
y acá no ha pasado nada.
Claro que me cabrea, pero cabrearme resuelve algo? Cabrearme
como revictimizarme ad infinitum no resuelven las cosas.
Sufro y me cabreo, sí; pero por eso mismo, todos los días
procuro desentenderme de mi rol de víctima...y sí, trato de ser sororaria con
mis pares y por eso las quiero libres, empoderadas y responsables, eso no se logra, constituyéndose en víctimas de las circunstancias, ni del sistema.
Por eso, porque estoy clarita en como son las cosas en
nuestro subdesarrollado país, a veces, equivocada o no, no puedo mirar
compasivamente a otra mujer que tuvo todas las oportunidades del caso para salir avante de las adversidades propias de la vida (educación, dinero, etc) pero se comportó estúpidamente y luego exige que en virtud de su género debe ser tratada de manera especial.
No soy perfecta, eso sí lo tengo presente, por cuestión de supervivencia, tengo bien claro que sólo los más fuertes sobreviven y por ende, no me puedo dar el lujo de ser víctima, ni permitir que la estupidez y la irresponsabilidad guie mis actos. Los tiempos de las rondas infantiles pasaron, las niñas no pueden seguir creciendo con la cantaleta insulsa que les martillea las neuronas y que las condiciona desde la cuna a ser objetos frágiles, sin valor, más allá de su condición de paridoras, guardianas de las arcas conyugales o cosita linda digna de un escaparate.
Ya estoy harta de tantas vícimas. No quiero más víctimas del sistema. No quiero víctimas ni voluntarias, ni involuntarias. Si algo tengo claro, es que el rescate de tanta víctima es agobiante y que atrasa el proceso del desarrollo global. Por eso en lo que a mi respecta, de lo único que estoy segura que es dificil que alguien venga a rescatarme y que sólo me tengo a mi misma.
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