martes, 23 de octubre de 2012

Le fabuleaux destin d’ Amelie Poulian


Oir la música de Yann Tiersen una y otra vez…llorar, escribir, respirar, tomar agua, contar los segundos,  los minutos, las horas…escuchar las ranas afuera…salir,  caminar por tu barrio vacio,  mirar el cielo,  buscar estrellas…contarlas…desear un cigarrillo,  encender un cigarrillo,  fumar…recordar que tú  no fumas…y dices al carajo!!!!…sonreir pues te das cuenta que compraste una caja de cigarros y no te acuerdas cuándo,  ni dónde y empiezas a fumar …con el deseo de quemarte los pulmones,  quemarte  por dentro,  quemarte el ser...y vuelta el ciclo:  música,  llanto,  letras,  aire,  agua, conciencia,  el tiempo pasando,   la música nocturnal,  el cielo…humo…desear con todo tu corazón que ocurra un milagro

…y no sabes si estás ante un milagro,  ahora mismo,  ante una prueba irrefutable de la presencia del Dios tuyo o una broma macabra del destino….y quieres ser de nuevo niña…y deseas que papá te abrace y que mamá te enseñe a rezar un rosario…y mueres porque los milagros sí existan…y eres capaz de vender tu alma al diablo por un  maldito milagro…por el maldito milagro de la dulzura…por el maldito milagro de la risa…por el maldito milagro de la vida…que vida es lo que quieres…que esto que tienes ahora  es cualquier cosa,  menos eso.
Haber perdido la vergüenza,  el cinismo…dar vueltas en círculo…chocar una y otra vez con la pared del laberinto…y volver a escuchar las veinte pistas de Tiersen…y volver a llorar y a reir a la vez con cada una de las notas del acordeón de “la valse des vieux os”…y sentir que aunque no quieras…la joda del milagro no te deja en paz…y quieres con todo tu ser  que el milagro   se materialice …y ya no te importa nada más que una felicidad que no es la tuya…de ese alguien que  aunque no esté contigo,  que aunque tú para él ya no cuentes,  sigue siéndolo  todo…y ya no te importa recibir más que migajas de cariño…y entiendes  por fin que estás dispuesta a sacrificar todo por esa felicidad ajena…y estás dispuesta a todo con tal de quitarte los zapatos y bailar con él bajo la lluvia “la valse des vieux os”…y piensas que no existe una melodía más hermosa que esa…y ries …y lloras…y te das cuenta que te llega la paz…y que …y  como Amelie entiendes por fin la razón por la que estás en el planeta…y te quedas quieta…vuelves a la cama,  te desnudas , sonries y esta noche,  no tienes miedo de dormirte y soñar de nuevo con él, al contrario,  te duermes dichosa,  esperando encontrarte con él en tus sueños…

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